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“La felicidad no es un objetivo; es un producto”. Eleanor Roosevelt.

¿Recuerdas la serie de documentales del Discovery Channel “Así se hace”? Para nosotras esta serie es un gran ejemplo del potencial de la narrativa de marca aplicada a la narrativa sectorial. Nos acordamos en especial del capítulo dedicado a las cestas de mimbre. Precisamente porque el mimbre no es un material que nos suscite demasiado interés y ambas coincidimos en que, después de ver ese documental, no sólo nos entraron ganas de comprar una cesta de mimbre sino que hubiéramos pagado lo que cuesta gustosamente y con el pleno convencimiento de que su valor es muy superior al precio.

Este “milagro” lo consiguen tus comerciales invirtiendo mucha técnica y muchas ganas en el punto de venta. Y contando, claro, con la receptividad que en ese momento muestre el cliente. Sin embargo, el “milagro” tiene más posibilidades de éxito en el marco de una comunicación de calidad, que recibe el cliente en el momento adecuado, en su casa; viendo un documental o leyendo un libro.

Este “milagro” es la razón de ser de los libros de productos, reportajes de productos y relatos de productos: conectar con el cliente en el momento adecuado, aportando calidad a la experiencia que comparte con tu marca.

La fórmula mágica del “milagro”:

Utilizar la narrativa de marca para captar la atención del cliente

Los seres humanos somos narrativos y llevamos miles de años aprendiendo y estimulándonos a través de este recurso.

Conectar con el imaginario del cliente

Las imágenes y los conocimientos nuevos nos generan placer.

Enriquecer el bagaje cultural del cliente

Agradecemos aprender y estrechamos vínculos con quienes nos enseñan.

Formar parte de su vida y de sus recuerdos

La consecución de los puntos anteriores da como resultado este punto y es una de las claves del prestigio de marca.

¡Hagamos el experimento!

A continuación compartiremos contigo la fotografía de una tarta. Es una fotografía de producto extraída de un banco de imágenes. Es correcta y poco más; así el experimento funcionará mejor (o eso esperamos).

Narrativa de Marca

Cualquier parecido entre lo que vas a leer a continuación y la historia de esa tarta es pura coincidencia. Vamos a inventárnoslo todo

Esta tarta la hemos preparado nosotros, Dani y Judith, y se llama “Atardecer de Otoño”. Está hecha de suave bizcocho, crema y chocolate belga. Los ingredientes principales, como la harina, la leche o los huevos, proceden de agricultura ecológica; al igual que las exquisitas naranjas, recogidas en nuestro propio huerto. Cuesta 50 euros, ya puedes ir soltando la pasta que tenemos cola 😉

De acuerdo, como no te vemos convencido vamos a contarte más. La receta original es de nuestra tatarabuela y ha ido pasando de generación en generación. Cada generación le ha aportado su toque personal, hasta llegar a nosotros que nos hemos pasado tres horas haciendo la tarta, con toda la dedicación y esmero. Está suculenta y cuando la pruebes querrás repetir y vendrás siempre a comprarnos tartas. Venga, va; afloja los 50 euros y será tuya.

¡Como quieras! ¡Ahí va!

Atardecer de Otoño

Completamente artesanal, con ingredientes procedentes de agricultura ecológica. El secreto de su éxito nos llevó cinco generaciones y sus resultados son: una textura irresistible, el punto justo de azúcar y una crema que se deshace sin mezclarse con las capas.

María Vila, nuestra tatarabuela, trajo la receta original de Suiza, la trasladó al libro que aún conservamos, junto al secreto de preparación que desarrolló a lo largo de cincuenta años elaborando tartas de bizcocho y distintos tipos de chocolate, sus grandes pasiones. Eulalia Silva, nuestra bisabuela, dedicó su vida a formarse en alta repostería y aprendió a desarrollar una fórmula que le aportó a la textura de esta tarta matices más refinados. También aprendió técnicas que perfeccionaron la consistencia y el sabor de la crema original. Nuestro Abuelo, el pastelero de la tercera generación, introdujo los trucos que recogió en sus viajes a Austria y Bélgica. Solía prepararle esta tarta a nuestra madre, que es una persona muy sensible y llevaba con particular nostalgia la llegada del otoño. Cuando nuestro abuelo la veía triste, le servía un buen trozo de tarta decorado con naranjas caramelizadas y las tardes que podía, se sentaba a merendar con ella. Aquellas vivencias eran y serán siempre muy especiales para nuestra madre, por eso esta tarta se llama “Atardecer de otoño”. Nosotros amamos la repostería, por lo que es en sí misma y por lo que representa para la familia. Y Estamos orgullosos de que tú seas parte de la tradición. Deseamos que disfrutes de tu particular “Atardecer de Otoño” y que repitas muchas veces.

Si este experimento ha funcionado, después del tercer punto los 50 euros han debido parecerte más que razonables

No tenemos ni pajolera idea de pastelería y nos lo hemos inventado todo. Sin embargo, contigo, que eres un experto en tu negocio y conoces tu marca y tus diferenciales como la palma de tu mano, podemos hacer un gran trabajo basado en datos reales. Es el trabajo que merecen tus productos; el trabajo que transforma un catálogo frío en un universo de historias, sensaciones y posibilidades.

Hagámoslo juntos. Rompamos muros y lleguemos al corazón de tu marca porque allí también querrán quedarse tus clientes.

Texto: Judith Bosch. IMGENIUZ.

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