En IMGENIUZ hemos conseguido que la frase «Búscame un nombre para mi negocio» deje de darnos grimilla. El proceso de naming, para nosotras, ha dejado de ser un duro parto mal pagado para convertirse en una inestimable fuente de ideas, recursos e historias fascinantes que, además de valernos para ese trabajo concreto, nos sirven para enriquecer nuestro bagaje creativo.
Así que, como la felicidad se duplica cuando se comparte, vamos a contarte algunos de los trucos que usamos en nuestros procesos de naming.
Tal vez ya conozcas estos trucos. En tal caso, ¡felicidades! Si aún no los conoces ni los has puesto en práctica: ¡toma nota y nos cuentas luego el resultado!
Esencia, esencia, ¿qué eres tú?
Esto realmente no es un truco, sino una fase necesaria para empezar bien. Antes de iniciar un proceso de naming es crucial que traslademos al imaginario verbal la esencia del cliente. ¡Hombre! ¡Es que el naming es precisamente trasladar al imaginario verbal la esencia del cliente! FALSO: el naming es evocar la esencia del cliente de la manera más sencilla, rápida, creativa, potente y recordable a través de distintos recursos del lenguaje. Recursos del lenguaje son una cosa, imaginario verbal es otra.
Entonces, para empezar, busquemos verbos y sustantivos que sinteticen: misión, visión y valores del cliente. Haremos también una lista de acciones y sustantivos vinculados a intangibles del cliente que no podamos encajar en misión, visión ni valores.
Estos dos listados no son sencillos y tomárnoslos a la ligera es un error de comienzo bastante indeseable. Si te gusta pensar, que es lo lógico dedicándote a esta profesión, excelente. Si no te gusta pensar o te agobia hacerlo durante mucho tiempo seguido (cambia de profesión… COF COF COF), aguanta un poco el dolor de cabeza; si esta fase la llevas a cabo correctamente, ya el resto va solo.
Tenemos más de 7000 lenguas en el planeta, ¡aprovechemos esa diversidad!
Herramientas como indifferentlanguages.com nos permiten explorar conceptos y palabras en decenas de idiomas europeos, africanos, asiáticos, austronesios y de medio oriente. ¡Es fascinante! ¿Sabías por ejemplo que idea en maorí se escribe whakaaro? Quedaría bien para una cadena de tiendas de regalos originales, ¿verdad? Si además colocas en el reverso de las tarjetas «Whakaaro significa idea en maorí», le aportas a tu cliente una sencilla y poderosa herramienta para generar impronta y prospección.
La cerveza danesa Skol, por ejemplo, cuenta con esa ventaja a la hora de generar impronta y prospección. Después de haber leído el origen del nombre en la lata, cuando la ves en el Lidl es inevitable que le digas a quien te acompaña: «¿Sabías que Skol viene de la palabra sueca skål, que quiere decir a tu salud?». ¿Adivina que ocurre después con la cerveza? ¡Al carro! Pasa de ser la cerveza barata del Lidl a convertirse en algo especial. ¡Eco! ¡La magia de un buen nombre!
Déjate llevar por los misterios y placeres de leyendas y mitologías
Contamos con registros históricos y literatura de culturas politeístas la mar de interesantes. ¡Y mitologías que dan para mucho! Como la romana, la griega o la escandinava. Explorar documentos sobre estas mitologías nos lleva de viaje, nos abre la mente y, ¿quién sabe? A lo mejor el nombre que buscamos está entre ninfas, semidiosas o animales fabulosos.
Este es el caso de Nike, diosa de la victoria. Y también es el caso de la Editorial Cerbero, que toma su nombre del terrible perro de Hades. Esta criatura, además, le facilita a la marca un pivote para explicar lo que hace. Cada una de las cabezas de Cerbero define una línea editorial del inframundo: Fantasía, Terror y Ciencia Ficción.
Explora la Historia, en el sentido más amplio de la palabra
Tamerlán, Boudica, Savery, lamarr… son nombres propios con mucho peso que pueden acompañar a tu cliente hasta lo más alto.
Este es el caso de la firma Tesla, que salió al mercado con uno de los apellidos históricos más importantes del sector de la ingeniería eléctrica.
Claro, hay que hacerlo bien. Por eso resulta tan importante ahondar en la esencia de marca y verbalizarla antes de ponerte a buscar nombres. Ya no porque acabes poniéndole Hitler a una marca de helados —ojo, que esto ha pasado—, sino porque peques de grandilocuencia, por ejemplo y, en lugar de impulsar a tu cliente, lo lleves al fango del ridículo.
Otros datos que debes explorar, para empresas con historia o personas que tengan detrás un largo recorrido, son conceptos y palabras relacionados con esta historia y este recorrido: el diminutivo que usaba su abuela para llamarla, países donde ha vivido, los nombres originarios de sus recetas, los nombres que les ponía a sus juguetes o a sus mascotas… De esas pesquisas suelen salir ideas muy interesantes. Imagina, por ejemplo, una clínica veterinaria que se llame “Calcetines” en honor al gatito que el fundador de la clínica, siendo aún un niño, no pudo salvar. Esta historia, además, colgada en la sala de espera de la clínica, genera impronta y prospección.
Introduce tu cerebro en el maravilloso mundo de la pesca submarina y bucea entre prefijos y sufijos
¡Pero ponle un traje de neopreno! sea que le entre frío, se le vaya a ir la castaña y saque alguna genialidad tipo Hormigones Transex —Ojo otra vez, que esto también ha pasado—.
No imaginas la cantidad de sufijos y prefijos que tiene nuestra legua y la cantidad de soluciones que pueden darte a nombres ya pillados, nombres que se quedan cortos o incompletos por alguna razón, nombres muy genéricos, etc…
Gracias a los sufijos y los prefijos tenemos en el mercado marcas como Isostar o Pronovias, ¡y tan bien que les ha ido! Quien diga que este recurso es facilón, pasado de moda y blablabla, que le eche un ojo a la impronta y presencia de esas dos, entre otras.
A nosotras nos encanta pasarnos por el Blog de Castellano de Inma para buscar prefijos y sufijos. ¡Échale un vistazo! ¡Te va a encantar!
Bueno, ¿qué te ha parecido el artículo? ¿Ya conocías estos trucos? ¿Los pondrás en práctica? Si escribes tú un artículo compartiendo trucos, etiquétanos, por fa. Dar y tomar, que se llama 😉
La próxima semana toca test orientado a PYMES, ¡no te lo pierdas!
Nos leemos 😊